Tanto para el tenis como para el pádel, es fundamental el tener una mente despejada y concentrada en la misma práctica deportiva. En definitiva, que el deporte te pueda servir como catalizador de emociones o como modo de evasión de tu quehacer diario, en el caso de los jugadores amateur.
Es recomendable, a todos los niveles de edad, el desconectar durante un par de horitas de el trajín diario y en definitiva relajar tu mente. El cuerpo también te lo va a agradecer. Ejercitas los músculos, las articulaciones y la ducha pospartido, dependiendo de la intensidad con la que has jugado, te proporciona ese sosiego y calma interior. Te vas a encontrar mucho mas relajado.
No voy a entrar hoy en los llamados procesos de dependencia o adicción al deporte, ya que solo me interesa hacer un recorrido por los diferentes estados por los que atraviesa el jugador que se inicia en esto.
Centrándome en el pádel. En niveles amateur es mucho mas "fácil" la relación con tu pareja de juego. ¿Por qué?. Se comparten objetivos. No me quiero dedicar a esto, es un simple hobby. Esto se va a ver reflejado en una buena disposición durante toda vuestra actividad como pareja de juego.
Cuando no se comparten objetivos, normalmente porque uno de los dos quiere ascender un peldaño en la escala padelística, la relación suele entrar en conflicto. Puedo avanzar y no quiero o quiero avanzar y no puedo. Tengo la posibilidad de progresar pero no quiero dejar colgada a mi pareja de toda la vida. O bien, quiero avanzar en esto y la pareja está ralentizando mi crecimiento. Tarde o temprano va a llegar la confrontación.
El pádel está lleno de incógnitas, que uno debe responder a medida que va avanzando en la práctica deportiva. Pero la clave está en saber escoger desde un principio entre simple afición o algo mas.
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