Todos sabemos de primera de mano la dificultad que conllevan esas bolas cortas o también llamadas bolas muertas, que parecen incapaces de salir despedidas del cristal ya que quedan adheridas al blíndex, bien por no habernos anticipado al golpeo, a través de la contrapared o porque nuestra única salida radica en bajar el tronco, cambiar la empuñadura y tratar de elevar la bola prácticamente a ras de suelo.
Si a la dificultad le añades maestría, el resultado es una ovación grandiosa para Pablo Lima.
Gracias a Zcsdavid por esta obra de arte.
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