
Pádel a nivel competitivo requiere exigencia física, desgaste muscular en mayor o menor medida. Un deporte de raqueta del que solo nos detenemos en los aspectos positivos, dejando de lado su otra cara. Con esto no vengo a quitar la ilusión a nadie, pero sí a intentar poner en consonancia la nada desdeñable práctica del pádel de una manera cautelosa.
En mayor medida entramos en pista de manera apresurada ya que en muchas ocasiones el ritmo de la competición así te lo exige, pero hemos de cuidar mucho éste aspecto ya que tu espalda, rodilla y demás articulaciones te lo agradecerán.
A cualquier especialista que acudas te dirá lo mismo; " Las lesiones en el pádel son quizás de las mas bruscas". Pinzamientos de espalda debido a la frecuencia con la que te agachas a bloquear una bola. Desgarros musculares o los muy comunes esguinces de tobillo por la aceleración y la intensidad de bola. Solo enumero tres y me quedo corto, pero prefiero no hacer angustioso este artículo, aunque sí recomiendo a todo el mundo que lo practique dedicar unos 20-25 minutos a estirar y ejercitar bien los músculos, con incidencia en aquellos en los que habitualmente nos generan mas quebraderos de cabeza.
Es por ello que por experiencia les doy un consejo: " Disfruten del pádel, pero siempre con dos dedos de frente".
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